Las últimas inversiones en la biofábrica de Ence Navia permiten reducir un 19 % el consumo específico de agua y mejorar la calidad de su efluente

La implantación y optimización de las más modernas tecnologías en la biofábrica de Navia han permitido reducir el consumo específico de agua de la planta por tonelada producida en un 19 % con respecto a datos del pasado año. La mejora en la eficiencia de los recursos hídricos se debe al proyecto de inversión “Navia 80”, así como al continuo trabajo de los profesionales de la compañía en la optimización de los procesos y en la gestión del ciclo del agua. Además, la inversión en un nuevo equipo de tratamiento ha permitido mejorar sustancialmente la calidad del efluente de las instalaciones.

El proyecto “Navia 80”, gracias a una inversión de 160 millones de euros (40 millones destinados a mejoras ambientales), incorporó a la biofábrica asturiana numerosos avances relacionados con la disminución de consumo de agua para la fabricación de la pasta de papel. Estas acciones siguen el criterio de minimización, recuperación y reutilización, contribuyendo a una mayor eficiencia y sostenibilidad de la planta, y afectan a la práctica totalidad de los procesos.

Un ejemplo son los nuevos equipos de lavado de pasta, que precisan menos agua que los anteriores para un mejor resultado. También cabe destacar la recuperación y tratamiento del agua de contralavado de los filtros de tratamiento de entrada a la biofábrica.

Gracias a estos avances, en el pasado mes de septiembre se han consolidado estas mejoras con una reducción del consumo de agua por tonelada de celulosa producida del 19% con respecto al año 2019. No obstante, el proceso de mejora continua implantado en las biofábricas de Ence permitirá al equipo humano de la planta naviega seguir reduciendo el consumo de recursos hídricos, impulsando de esta manera su sostenibilidad.

Por otro lado, la instalación de un nuevo sistema de tratamiento primario de efluentes, constituido por una nueva unidad de flotación de aire disuelto (DAF), provocó una significativa reducción de los niveles de sólidos totales en el efluente de la biofábrica, de un 63% en relación con los datos del año 2018. Este nuevo equipo permite realizar una separación de las partículas en suspensión del efluente a tratar mediante la inyección de microburbujas de aire, de modo que los sólidos se adhieren a las citadas microburbujas en su recorrido ascendente, flotando hacia el sistema separador superior. La materia recogida se valoriza energéticamente en el interior de la planta, un ejemplo más de economía circular en Ence.

Las inversiones realizadas en la biofábrica de Navia en materia de reducción del consumo de agua y mejora de la calidad del efluente se alinean con los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por Naciones Unidas. En concreto, con el objetivo número 6, referente al agua limpia y saneamiento, centrado en garantizar el acceso universal al agua potable segura y asequible para todos en 2030.

La biofábrica continúa, de esta forma, mejorando su comportamiento ambiental, que ya se encuentra avalado por la ecoetiqueta “Nordic Swam”, sello de los países nórdicos, por cumplir con los criterios más exigentes de respeto ambiental, la etiqueta europea EU Ecolabel, el reconocimiento “Residuo Cero” que AENOR entrega a aquellas organizaciones que llevan a cabo una gestión más eficiente de sus residuos y que son capaces de valorizarlos.