La planta de Magnon en Lucena recibe el certificado “Residuo Cero” de AENOR

La planta de generación de energía renovable con biomasa de Magnon Green Energy en Lucena ha recibido el certificado medioambiental “Residuo Cero” que otorga AENOR a aquellas organizaciones que llevan a cabo una gestión eficiente de sus residuos y son capaces de revalorizarlos.

El certificado Residuo Cero de AENOR acredita que la planta valoriza más de un 90% de sus residuos, evitando que estos tengan como destino final el vertedero, y respalda su apuesta por el modelo de economía circular, ya que promueve la gestión adecuada de los residuos a través del aprovechamiento responsable, eficiente y sostenible de los recursos.

Magnon Lucena, a través de la reutilización, el reciclado y la valorización, introduce de nuevo los restos vegetales de la actividad agrícola en la cadena de valor, dándoles una nueva vida y convirtiéndolos en un combustible de origen natural y renovable. Además, esta energía sustituye a otras fuentes de energía fósil, convirtiéndose en un aliado esencial para alcanzar la independencia energética y afrontar la crisis climática, reduciendo la huella de carbono.

La energía generada a partir de biomasa es la única renovable gestionable, ya que no depende de factores meteorológicos, lo que le permite aportar la estabilidad que el mix eléctrico necesita en su recorrido hacia la independencia energética. La generación de energía con biomasa puede planificarse en el corto, el medio y el largo plazo, y es capaz de adaptarse en tiempo real a las necesidades del sistema eléctrico.

Con el certificado de Residuo Cero de la planta de Lucena, esta se suma al resto de instalaciones de generación de energía, localizadas en Jaén, Mérida y Ciudad Real; reconocimiento que atesora un reducido grupo de empresas en España.

Este centro genera energía renovable a partir de la biomasa agrícola del entorno, principalmente el orujillo procedente de los olivares cordobeses. La generación de energía con biomasa no solo es un paradigma de la economía circular, sino que, además, evita la mala gestión de los restos agroforestales, que deriva en su abandono en espacios naturales y, en numerosas ocasiones, una quema incontrolada de los mismos, con graves consecuencias medioambientales. Una buena gestión de estos restos protege los montes y campos de cultivo.