El Estudio de Impacto Ambiental (EIA), elaborado por una entidad independiente acreditada, concluye que se trata de un proyecto altamente viable desde el punto de vista funcional, económico y ambiental.
Según el EIA, el impacto de la nueva planta es “poco significativo y compatible”
19 de septiembre de 2011.- La planta de biomasa de 50 MW que desarrolla Ence en Huelva se construye y operará con las Mejores Técnicas Disponibles recomendadas por Europa para el transporte, almacenamiento y producción de energía eléctrica con biomasa, algo que ha sido fundamental para que el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto concluyera que ese impacto es “poco significativo y compatible”.
Entre las mejoras ambientales más importantes con las que nace ya la nueva planta, hay que destacar el sistema de reducción de óxidos de nitrógeno (NOx) denominado de “reducción selectiva no catalítica”. Este avanzado sistema reduce a la mitad la cantidad de NOx presente en los gases de combustión de la caldera.
Otra mejor tecnología disponible que minimiza el impacto de la nueva planta es la propia tecnología de la caldera, de lecho fluido, que permite una combustión de la biomasa homogénea a temperaturas moderadas reduciendo el contenido de oxígeno en el hogar, factores que favorecen la minimización de las emisiones en general. Además, todos los quemadores de la caldera permitirán usar gas natural como combustible auxiliar a la biomasa, evitando la necesidad de usar en determinadas operaciones fuel y por tanto las emisiones de SO2 asociadas a este combustible fósil de mayor impacto ambiental.
La construcción de silos cerrados, sistemas cubiertos para el transporte de la biomasa y un eficaz precipitador electrostático para la depuración de los gases de combustión a la salida de la caldera, serán los encargados fundamentalmente de controlar la emisión de partículas.
Asimismo, la chimenea de la nueva planta es de 70 metros, una altura superior a la recomendada en instalaciones de sus características, para facilitar la dispersión de las emisiones atmosféricas y evitar contribuir a los niveles de inmisión o concentración a nivel del suelo, que miden la calidad del aire que respiramos en la zona.
En general, simulando las emisiones atmosféricas previstas en los supuestos más desfavorables para el funcionamiento de la nueva planta, y sumándole las emisiones de la actual fábrica de pasta de papel y energía, no hay aumentos significativos en ningún parámetro atmosférico. Esto es gracias también a las mejoras llevadas a cabo en las instalaciones actuales de la fábrica onubense en los dos últimos años para preparar el desarrollo y puesta en marcha de la nueva planta. Con ese objetivo, se optimizó la actual caldera de biomasa con diversas actuaciones entre 2008 y 2009, y se implantó en 2010 un sistema mejorado de quemadores de bajo NOx en la línea de cogeneración con gas.
El proyecto en marcha para la construcción de la mayor planta de biomasa de España, con una inversión industrial de 125 millones de euros, se beneficia de la experiencia adquirida por la compañía durante años de mejora continua y de su especial preocupación por reducir progresivamente el consumo de combustibles fósiles en sus procesos. Además, el proyecto es consecuente con los objetivos públicos andaluces de fomento de las energías renovables y de la eficiencia energética.
El desarrollo y funcionamiento de la nueva planta de biomasa supondrá una mejora en la seguridad del suministro eléctrico de la zona. Es otro beneficio social que sumar a la generación de 450 empleos estables que va a suponer la puesta en marcha de la planta, más 1.000 contando los inducidos, especialmente asociados a la plantación, cosecha y transporte de la biomasa.
Ence
En Huelva, la compañía gestiona unas 65.000 hectáreas de eucaliptal y bosque mediterráneo. La fábrica onubense tiene capacidad para producir unas 400.000 toneladas de pasta de papel ECF (Elementary Chlorine Free, libre de cloro elemental) y 770.000 MWh/año de energía eléctrica, suficientes para abastecer más de 200.000 hogares y las necesidades de energía eléctrica de más de 600.000 personas. De su actividad dependen actualmente unos 2.300 empleos estables, con una fuerte incidencia en el medio rural, aportando cohesión social y alternativa económica en las áreas más necesitadas.