“El liderazgo de Ence en la generación de electricidad renovable con biomasa se basa en su exitosa diversificación, lo que le confiere una ventaja competitiva clave: la valorización de cada vez más residuos vegetales agrícolas aumenta la disponibilidad y reduce su coste”. Así lo ha expuesto Federico Ruiz, gerente de I+D Forestal de Ence, durante la jornada técnica denominada “Tecnologías de captura, transporte, almacenamiento y usos del CO2 en la mitigación del cambio climático”, impulsada por la Plataforma Tecnológica Española del CO2 y la Universidad de Almería.
La generación eléctrica renovable a partir de biomasa, neutra en carbono, es un aliado esencial para afrontar la crisis climática, aprovechando los recursos con los que cuenta el territorio. De hecho, España es el segundo país de Europa en superficie forestal, y el tercero de la Unión Europea en recursos biomásicos. “En el sector agrícola, los recursos disponibles multiplican en 2,5 veces a los existentes en el sector forestal, y con un menor coste de recolección”, apuntó Federico Ruiz.
Además, el papel esencial de la biomasa pasa por su carácter gestionable, al margen de factores meteorológicos como el viento o las lluvias, y porque crea empleo y actividad en el medio rural. Al mismo tiempo, reduce el riesgo de incendios forestales y la quema incontrolada de residuos vegetales en la agricultura, y permite acercar la producción energética a los centros de consumo, enunció Ruiz, que explicó que el desarrollo de esta energía tiene un gran recorrido por delante dadas las directrices europeas en la materia.
Fruto del empeño de la compañía en obtener todo el potencial de esta riqueza y valorizar los restos vegetales de la actividad agrícola, nace el proyecto de Ence para Almería. “La compañía proyecta construir una planta de generación de energía eléctrica con biomasa en El Ejido, que valorice los residuos vegetales de invernadero, de una forma eficiente y limpia”, señaló Federico Ruiz.
Esta nueva planta de cogeneración de energía eléctrica renovable de 36MW desarrollará un esquema completo de valorización y economía circular. Actualmente no existe en la zona la capacidad suficiente para tratar adecuadamente los restos vegetales que genera la agricultura, en torno a un millón de toneladas de biomasa en forma de mata verde, principalmente. La planta de Ence contribuirá a evitar el problema ambiental que supone su gestión, al tiempo que generará 290.000 MWh/año y evitará la emisión de 89.900 toneladas de CO2.
Además, Federico Ruiz ha explicado que existe la posibilidad de uso del CO2 como fertilización carbónica dentro de invernaderos para aumentar su productividad. Así, “las plantas de biomasa de baja emisión representan una oportunidad para el uso directo de los gases de combustión, reduciendo de esta manera el coste de implantación de esta tecnología, al presentar los valores más bajos de óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno que cualquier otra generación”.
Para el experto de Ence, “esta solución representaría un claro modelo de economía circular, donde el carbono capturado por los vegetales y devuelto a la atmósfera a través de la combustión contribuiría previamente a aumentar la productividad de los mismos”.
En la operación de la planta, Ence aplicará además su decálogo de la sostenibilidad de la biomasa como combustible, un esquema voluntario creado por la compañía para garantizar la sostenibilidad de la biomasa que se emplea en sus plantas asegurando el cuidado medioambiental del entorno en el que se genera. Este esquema incluye diez principios de actuación desarrollados en 31 indicadores, que la compañía se compromete a cumplir en el abastecimiento y gestión de la biomasa.