La biofábrica de Ence en Navia finaliza su parada técnica anual y retoma su actividad productiva habitual

La biofábrica de Ence en Navia ha retomado su actividad productiva habitual tras haber completado de manera satisfactoria su parada técnica anual.

Esta actuación ha permitido desarrollar en las instalaciones un exhaustivo plan de trabajo para incorporar nuevas tecnologías y mejorar las ya existentes, con la finalidad de seguir reforzando su eficiencia, seguridad y excelencia medioambiental.

En concreto, se han invertido en la planta asturiana 6,4 millones de euros, de los que 1,2 millones se destinaron a reforzar el comportamiento ambiental de la biofábrica.

Ence concibe la seguridad como prioridad fundamental y es, de hecho, un elemento integrante de su forma de trabajar. De este modo, la compañía ha logrado culminar la parada técnica anual con cero accidentes con baja entre el personal propio y de contratas.

Asimismo, gracias a las estrictas medidas de protección frente a la Covid-19, tampoco se ha producido ningún contagio por Coronavirus en el interior de las instalaciones -realizando cerca de 4.000 test de antígenos a personal propio y de contratas y asegurando que todo el personal dispusiera de mascarillas FFP2 en todo momento-.

Durante la parada técnica, a las más de 400 personas que emplea directamente Ence Navia se han sumado 1750 trabajadores de 200 empresas auxiliares, que han participado en los numerosos proyectos de ingeniería y mantenimiento para la mejora desarrollados durante este periodo en Ence Navia.

Este proceso de Ence supone, así, un fuerte impulso para la economía local de Navia y su entorno cercano, que se deja sentir, no solo en el empleo local sino también y muy especialmente, en el consumo de sectores como el de la hostelería (restauración y ocupación hotelera, sobre todo) y el comercio.

Desde la Asociación de Empresarios de Navia se valora esta parada como “muy positiva tanto para el comercio como para la hostelería, pero principalmente para la hostelería”. “Durante las semanas que dura la parada, los establecimientos hosteleros se ven beneficiados debido al incremento de trabajadores, que acuden las horas de comida y cena, lo cual supone una inyección económica muy importante para el concejo”, señalan.

La parada técnica es, en definitiva, un momento clave para la compañía. Además de materializar algunos de los ejes primordiales de su modelo de gestión –como son la excelencia medioambiental, la seguridad y la mejora continua de sus instalaciones-, este proceso, y la actividad vinculada al mismo, contribuyen a la creación de riqueza en la comarca occidental de Asturias.