Ence – Energía y Celulosa logró un beneficio neto de 25 millones € en la primera mitad del ejercicio 2019 (-50%) y un EBITDA de 92 millones €, un 31% inferior. El EBITDA del negocio de Celulosa fue de 66 millones € (- 42%), mientras que el de Energía Renovable ascendió a 26 millones €, un 30% superior al del mismo periodo de 2018.
Los resultados se han visto afectados por la situación actual del mercado de la celulosa, marcada por la contracción de la demanda por la reducción de inventarios en la industria papelera, que ha presionado a la baja el precio de la celulosa.
Por otro lado, el proyecto de ampliación con una nueva línea de producción en Navia de 340.000 toneladas avanza en la ingeniería y en la obtención de los permisos necesarios para su construcción, tras la congelación de las inversiones previstas en Pontevedra por el cambio de criterio sobre el plazo de la concesión de la Dirección General de Costas.
Actualmente la compañía está centrada en un programa de reducción de costes y optimización del resultado operativo, lanzado este mes de julio para asegurar el cumplimiento de los objetivos del Plan Estratégico a 2023.
Por su parte, el EBITDA del negocio de Energía se vio impulsado por la incorporación de la planta termosolar de Puertollano. Con la entrada en operación de las dos nuevas plantas de biomasa de Huelva y Puertollano antes de final de año, el EBITDA de este negocio aumentará en cerca de 30 millones € anuales hasta 100 millones €/año.
Las inversiones en crecimiento y sostenibilidad en el semestre fueron de 157 millones €. El ratio de Deuda Neta sobre EBITDA del grupo se sitúa en 1,8 veces a cierre del semestre, con un apalancamiento de 1,2 veces en el negocio de Celulosa y de 3,9 veces en el negocio de Energía Renovable.
La compañía abonará un primer dividendo a cuenta en septiembre de 5,1 céntimos por acción, cumpliendo su política de repartir el 50% del beneficio neto.
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