Ence Energía y Celulosa considera que el candidato del PSOE a la alcaldía de Pontevedra, Agustín Fernández, desinforma a los ciudadanos al plantear la creación de una mesa de negociación para el traslado de la biofábrica de Ence a otra ubicación, a ser posible en la comarca de Pontevedra.
La compañía insiste, una vez más, que cuando acabe su concesión no podrá trasladar su planta de Lourizán al no existir ubicaciones alternativas en la comunidad gallega —por descontado en Pontevedra—, y por no ser viable económicamente.
Antonio Casal, Delegado de Ence en Galicia ha reiterado que “no es posible construir una nueva fábrica que cumpla los requisitos de rentabilidad mínima que exige su viabilidad. Tenemos que tener presente que el sector de la celulosa es un mercado mundial altamente competitivo, por lo que una fábrica necesita unos costes que aseguren su supervivencia. Y las condiciones necesarias para ello, lamentablemente, no se dan en Galicia”, concluyó Casal.
Se puede operar en este mercado con una planta existente con inversiones para mantener su competitividad y su comportamiento ambiental. Pero la inversión en una nueva fábrica, que supone unos 700 millones de euros, no se puede rentabilizar: la madera en Sudamérica crece el doble de rápido y cuesta un tercio de lo que en Galicia, y la mano de obra una cuarta parte.
Ence ha justificado pormenorizadamente y de forma transparente que no hay una ubicación alternativa viable desde un punto de vista técnico o económico para construir una nueva fábrica de celulosa en Galicia, e incluso ha facilitado públicamente el informe de la ingeniería IDOM, experto independiente que así lo demuestra. Todas las plantas de celulosa del mundo de un tamaño similar a la de Pontevedra están en el borde de un océano, de una ría, de un fiordo o de un río con caudal como el Ródano, el Rin o el Paraná.
La compañía quiere poner nuevamente de manifiesto que el cierre de su planta de Pontevedra, y dadas las limitaciones de la biofábrica de Ence en Navia —que no podrá crecer más allá de las inversiones que se están realizando y planeando ahora—, provocará la pérdida de empleo para más de 5.100 familias de Galicia. Además, supondrá una dramática caída del precio de la madera en el sector forestal gallego llevando la ruina a miles de productores, el abandono de montes y, consecuentemente, la multiplicación de los incendios forestales en la comunidad.