Ence niega tajantemente estar incumpliendo en forma alguna su Autorización Ambiental Integrada (AAI) ni, por supuesto, estar utilizando combustibles ni ningún otro producto incompatible con dicha Autorización, cuya concesión avala y garantiza, precisamente, que el comportamiento ambiental de la planta cumple plenamente con toda la normativa ambiental autonómica.
Las falsas acusaciones de la Asociación Pola Defensa da Ría (APDR) contra la biofábrica de la compañía en Lourizán tienen la evidente intención de generar alarma social y de dañar la reputación de una planta que, muy al contrario, cumple holgadamente con toda la regulación vigente (europea, estatal y autonómica). De hecho, esta planta cuenta con destacados reconocimientos ambientales internacionales, como la Distinción Oro de la Comisión Europea y la ecoetiqueta Nordic Swan, sello ecológico oficial de los gobiernos escandinavos.
La compañía cumple de forma escrupulosa con toda la normativa medioambiental, incluida –como no podía ser de otro modo- la orden ministerial APM/205/2018, de 22 de febrero, que regula el uso como combustible de aceite procesado. La actividad de esta biofábrica constituye, además, un claro exponente de economía circular, de tal modo que la planta reutiliza y confiere un nuevo valor a los materiales y recursos que emplea para operar, tanto desde el punto de vista productivo como energético. En esta misma línea, la empresa también exige a todos sus proveedores un certificado que avale que cumplen con los requisitos establecidos por la citada orden.
Ence lleva a cabo un control riguroso de todos sus focos de emisión, que son monitorizados una vez por segundo por medidores calibrados por una empresa acreditada, de acuerdo con la norma UNE –EN 14181. Además, para controlar la calidad del aire en los alrededores de la biofábrica, existe una cabina de la Xunta de Galicia -cuyos datos están disponibles en la página web de la Administración- situada en Campolongo. Adicionalmente, Ence dispone de dos cabinas propias para reforzar el control de la calidad del aire.
Esta acusación de la APDR contra la biofábrica de Ence en Pontevedra se suma otros ataques de esta asociación que, en su afán por perjudicar a esta planta y a los más de 5.000 puestos de trabajo vinculados a la misma, no duda en recurrir al miedo y al engaño.
Finalmente, ante las torticeras e injustas mentiras lanzadas por la APDR en contra de la biofábrica, la empresa advierte de que emprenderá las medidas legales oportunas en su defensa.