Ence ha destinado dos millones de euros a mejoras realizadas en su planta de energía renovable de Mérida, que permiten avanzar en materia medioambiental y de seguridad laboral. El compromiso con el medio ambiente y la mejora constante de los procesos e instalaciones es una prioridad para la compañía, que trabaja para aplicar las mejores técnicas disponibles y aumentar de esta manera la eficiencia de sus procesos.
La mejora del comportamiento acústico en todas sus plantas es uno de los objetivos de excelencia ambiental que establece la compañía. Desde el inicio de las operaciones en la planta de Mérida se han realizado modificaciones con el objetivo de disminuir sus valores de emisión de ruidos. Para ello, la compañía invirtió 1,3 millones de euros en proyectos como el cerramiento de las torres de refrigeración, apantallamiento de diferente maquinaria y la instalación de silenciadores en la nave de turbina.
Por otro lado, también se han destinado 700.000 euros a dos iniciativas para optimizar el desempeño ambiental de la planta. Mediante un sistema SNCR y otro de desulfuración, se ha logrado mejorar parámetros medioambientales como las emisiones NOx y SO2, garantizando su calidad en continuo.
La planta de generación de energía renovable de Ence en Mérida constituye todo un ejemplo de economía circular. El pasado año, la instalación participó en el proyecto LIFE de la Unión Europea “iCirBus 4Industries”, consistente en el tratado de lodos de depuradoras con cenizas de combustión de plantas de biomasa para obtener fertilizantes de bajo impacto y materiales de construcción. Además, la planta participa en otros proyectos para dar circularidad a los subproductos, utilizándolos para la construcción de tecnosoles en restauración de suelos degradados de explotaciones mineras agotadas, como la mina de uranio de Saélices El Chico (Salamanca), o el uso de cenizas para la fabricación de lámina impermeabilizantes.
Ence es la primera empresa de España en producción de energía renovable con biomasa forestal y agrícola, la cual cuenta con gran potencial de desarrollo en nuestro país. De hecho, es la única energía renovable que presenta un balance económico positivo por los beneficios generados dada su capacidad de creación de empleo, de desarrollo del medio rural y de contribución a la mejora del medio ambiente. En este sentido hay que destacar, además de la captura de CO2, su contribución al cuidado y limpieza de los montes, con una reducción del riesgo de incendios de hasta un 70%, así como el aprovechamiento de la biomasa agrícola, lo que evita su quema descontrolada y contaminante en nuestros campos.