Ence Energía y Celulosa impulsa la eficiencia energética en sus dos líneas de negocio, la celulosa y la energía renovable, y en todas sus plantas de producción, como parte de su apuesta por la sostenibilidad y la economía circular.
En el caso de las dos biofábricas de celulosa de la empresa, situadas en Pontevedra y Navia, la madera certificada, materia prima natural y sostenible, es el punto de partida de un proceso productivo en el que se fabrica la pasta de papel, con la que se elaboran productos reciclables, capaces de sustituir al plástico y a otros materiales no reciclables.
Además, en sus biofábricas Ence genera energía renovable utilizando para ello biomasa forestal, es decir, los materiales procedentes de la madera que no se destinan a la producción de celulosa: corteza y lignina. Esta última, la lignina, es un componente de la madera que constituye un excelente biocombustible renovable y natural. De este modo, ambas plantas son capaces de autoabastecerse energéticamente, al tiempo que contribuyen a reducir la intensidad energética y la huella de carbono.
La compañía ha llevado a cabo importantes inversiones en ambas plantas para avanzar en materia de eficiencia. Así, en la planta asturiana de Ence se han invertido 163 millones de euros entre 2019 y 2020 para mejorar su eficiencia. De esta cantidad, casi la cuarta parte se dedicó a mejorar el comportamiento ambiental de la biofábrica. En Pontevedra, por su parte, las inversiones puestas en marcha para la mejora de la eficiencia y el comportamiento medioambiental hasta 2019 han alcanzado los 132 millones de euros.
Merece la pena señalar que ambas plantas han sido reconocidas con el certificado “Residuo Cero” de AENOR, que reconoce a aquellas organizaciones que llevan a cabo una gestión más eficiente de sus residuos y que son capaces de valorizarlos. Además, la planta pontevedresa de Ence ha obtenido recientemente la certificación ISO 50001 de Eficiencia Energética, y la de Navia está en proceso de conseguirlo también. Se trata de una norma de aplicación voluntaria que acredita su compromiso y preocupación medioambiental para contribuir a reducir la emisión de gases de efecto invernadero, así como que su consumo energético se hace de manera racional.
La generación de energía renovable con biomasa constituye un claro ejemplo de eficiencia energética. Se trata de un proceso en el que se valorizan restos agroforestales que, de otro modo, podrían llegar a suponer un problema medioambiental, debido al riesgo de quemas incontroladas e incendios que implica su acumulación. Por otro lado, la generación con biomasa contribuye a combatir la denominada “España vaciada” y a generar empleo en el ámbito rural. Por ello, la producción eléctrica con biomasa favorece la descarbonización y coadyuva a caminar por la senda de una transición energética justa.
En sus plantas independientes de energía, la puesta en marcha de plantas fotovoltaicas destinadas al autoconsumo es otra de las decididas apuestas de Ence por la sostenibilidad, la innovación y el desarrollo de las energías renovables en España. La instalación de este tipo de plantas es una solución innovadora que reduce los consumos auxiliares de las instalaciones operativas, aumentando así la ecoeficiencia energética y el compromiso ambiental de la compañía.
El primer ejemplo de esta estrategia de crecimiento sostenible de Ence está en Huelva, donde una planta fotovoltaica de 820 kWp de potencia instalada ahorra algo más de 1.477.000 kWh al año en el consumo energético del complejo onubense, lo que supone también evitar la emisión a la atmósfera de 462 toneladas de CO2.
Ahora, la compañía desarrolla otra planta similar en su planta de biomasa de Mérida. Se prevé su puesta en servicio el próximo mes de marzo y podrá generar más de 500.000 kWh al año.
Estas soluciones innovadoras consolidan a Ence como una referencia clara de la tecnología de autoconsumo y las energías renovables en España, y forman parte de la estrategia por la sostenibilidad de la compañía, que está firmemente comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos por las Naciones Unidas.