La biofábrica de Ence en Pontevedra retoma su actividad productiva habitual después de haber completado de manera satisfactoria su parada técnica anual.
Esta actuación ha permitido implementar en las instalaciones un exhaustivo plan de trabajo para incorporar nuevas tecnologías y mejorar las ya existentes, con la finalidad de seguir reforzando su eficiencia, seguridad y excelencia medioambiental.
La parada técnica anual permite, de este modo, afianzar y seguir mejorando de forma continua la fiabilidad y sostenibilidad de una instalación que, no solo cumple holgadamente con toda la normativa medioambiental vigente, sino que ha sido reconocida por su sostenibilidad a través de certificaciones como Residuo Cero de AENOR, la etiqueta ecológica Nordic Swan (ecoetiqueta oficial de los países nórdicos) y la Distinción Oro de la Comisión Europea. Otra muestra de la calidad medioambiental de la biofábrica es que en el área de la Ría de Pontevedra próxima a la planta hay seis playas con el distintivo de bandera azul de la UE, así como la actividad de marisqueo que se lleva a cabo delante de la misma.
Asimismo, la biofábrica cuenta con el Certificado ISO 50001, que certifica la eficiencia energética de sus procesos; y ha sido pionera en acreditarse bajo el esquema de verificación SURE, que certifica la sostenibilidad de su biomasa.
GENERACIÓN DE RIQUEZA EN LA COMARCA DE PONTEVEDRA
Durante la para técnica, a las casi 400 personas que emplea directamente Ence Pontevedra, se han sumado 700 trabajadores de empresas auxiliares –en su gran mayoría procedentes de Galicia-.
Este proceso de Ence supone, así, un fuerte impulso para la economía local de Pontevedra, Poio y Marín, que se deja sentir, no solo en el empleo local sino también y muy especialmente, en el consumo de sectores como el de la hostelería (restauración y ocupación hotelera, sobre todo) y el comercio.
LA SEGURIDAD: PRIORIDAD PARA ENCE
Ence concibe la seguridad como prioridad fundamental y es, de hecho, un elemento integrante de su forma de trabajar. De este modo, la compañía ha logrado culminar la parada técnica anual con cero accidentes con baja entre el personal propio y de contratas. Asimismo, gracias a las estrictas medidas de protección frente a la Covid-19, tampoco se ha producido ningún contagio por Coronavirus en el interior de las instalaciones -realizando cerca de 1.700 test de antígenos a personal propio y de contratas y asegurando que todo el personal dispusiera de mascarillas FFP2 en todo momento-.
La parada técnica es, en definitiva, un momento clave para la compañía. Además de materializar algunos de los ejes primordiales de su modelo de gestión –como son la excelencia medioambiental, la seguridad y la mejora continua de sus instalaciones-, este proceso, y la actividad vinculada al mismo, contribuyen a la creación de riqueza en la comarca de Pontevedra.