La biofábrica de Ence en Pontevedra ha obtenido, por segundo año consecutivo, la certificación del sistema de gestión energética de acuerdo a la norma internacional ISO 50001 de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), que evalúa la eficiencia energética de esta instalación.
Este sello confirma a la planta de Lourizán como una empresa que lleva a cabo durante su proceso productivo un enfoque sistemático con respecto al rendimiento, la adquisición y el consumo de energía. Así, esta auditoría de AENOR confirma que la empresa practica una política energética y gestiona adecuadamente los aspectos energéticos derivados de su actividad, lo que implica un ahorro real y cuantificable del coste de la energía durante el proceso productivo.
Ence ha logrado incrementar la eficiencia energética de esta factoría y contribuir a lograr un proceso más eficiente y sostenible. El primer paso fue identificar aquellas actividades con un mayor consumo durante la fabricación de pasta de celulosa. Con estos datos, se puso en marcha un plan de medidas para minimizar los consumos de sus instalaciones y sistemas de forma integrada, cuyo resultado ha sido el citado aumento de la eficiencia energética.
La biofábrica de Ence en Pontevedra es un claro ejemplo de economía circular. Durante la producción de la celulosa, la planta trabaja con materiales de origen natural y renovable, generando, al mismo tiempo, energía eléctrica renovable. Esta energía se obtiene en sus calderas a partir de la biomasa resultante de la fabricación de celulosa, conformada por elementos como las ramas, hojas y corteza del árbol, así como por la lignina, un componente de la madera que constituye un excelente biocombustible renovable y natural.
La planta es autosuficiente, ya que es capaz de generar la totalidad de la energía que consume. Con esta energía renovable, Ence Pontevedra contribuye a reducir la intensidad energética y la huella de carbono, al tiempo que ayuda a avanzar en el camino de la transición energética y hacia los objetivos de descarbonización marcados desde la Comisión Europea. Asimismo, la planta consigue dar valor a los restos forestales que, de otro modo, no se aprovecharían.
La planta cuenta, igualmente, con destacados reconocimientos ambientales internacionales, como la Distinción Oro de la Comisión Europea y la ecoetiqueta Nordic Swan, sello ecológico oficial de los gobiernos escandinavos. Su celulosa también ha sido reconocida con la Etiqueta Ecológica de la UE para el papel gráfico, para el papel tisú y los productos de papel tisú.