La Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor) ha certificado un año más el buen comportamiento medioambiental de la biofábrica de Ence en Pontevedra. Además, y también a través del mismo proceso de auditoría, se ha garantizado que la biofábrica cumple con la certificación ISO 14.001 de sistemas de gestión ambiental.
La biofábrica continúa así mejorando su eficiencia y consolidando de esta manera su liderazgo ambiental. Las inversiones realizadas en los últimos años, junto con la dedicación y compromiso del equipo humano de la planta, han contribuido a este logro, en el seno de una compañía que apuesta decididamente por la sostenibilidad en todos sus procesos.
El principal indicador de la calidad del efluente –la Demanda Química de Oxigeno (DQO)-, ha mejorado en 2020 en un 87% el rango superior de referencia que marca la normativa europea de mejores prácticas ambientales del sector de la celulosa para este parámetro. La evolución de este dato ratifica los avances que de forma mantenida logra Ence Pontevedra en la calidad de su efluente final.
En cuanto a la gestión responsable de los recursos, y gracias a las medidas de mejora continua adoptadas, la biofábrica ha reducido en un 6% el consumo de agua en sus procesos respecto al ejercicio anterior, logrando una reducción del 25% en el último lustro. De igual manera, el uso de madera como materia prima para producir una tonelada de pasta de papel ha disminuido en un 4%
La minimización del olor es otro de los objetivos de la compañía. En este ámbito, la biofábrica de Ence en Pontevedra ha reducido un 38% las emisiones olorosas durante el 2020 con respecto al año anterior. Dichas emisiones fueron de menos de 1,4 minuto diario de media, frente a los 2,3 minutos de media registrados por la fábrica en 2019.
Además, la biofábrica ha reducido un 20% la generación de residuos; y de todos ellos, el 99% ha sido valorizado, lo cual permite a Ence Pontevedra situarse como una planta a la vanguardia en gestión, siendo refrendada por la certificación “Residuo Cero” de Aenor.
La propia actividad de la biofábrica de Ence es un ejemplo de contribución a la citada economía circular: en todo el proceso de producción de la celulosa, la planta produce y opera con materiales reciclables. Al mismo tiempo, genera energía eléctrica renovable a partir de la biomasa que no se destina a la producción de celulosa, utilizando para ello la lignina, un componente de la madera que constituye un excelente biocombustible renovable y natural.